Se me ha ocurrido este cuento mitológico, a ver si os gusta:


Dioses
 
Desde la última bacanal que dio Dionisio en los Jardines del .Olimpo, los dioses ya no son como los de antes. La fiesta que duró 40 días y 40 noches pasaron en un soplo. Y sus divinidades quedaron un poquito perjudicadas por los excesos. Eolo se encargó de soplar para refrescar el ambiente, aunque a última hora no sabía muy bien si soplaba racheado, de Levante o viento huracanado. ¡Cuánto ha cambiado la mentalidad de los mortales!, han pasado de la res pública a la sociedad de consumo. Fue el tema recurrente de la divina reunión.
Los dioses se han visto obligados a modernizarse desde que no reciben ofrendas y duermen en el olvido de quienes los adoraban. Sus templos lucen un esplendor en ruinas. Sus fieles les han cambiado por un solo dios omnipotente, los han refundido a todos en uno. Eso sí, en cada lugar lo llaman de diferente nombre: Dólar, Euro, Corona, Yen, Peso….., resumiendo dinero y poder. La consigna de los dioses estuvo clara: Renovarse.
Hermés cambió su aspecto y va de pijo como agente de bolsa, eso sí, siempre con corbata de diseño.
Pegaso formó una flota de camiones y cambió sus alas por el volante, ahora viaja por carretera. Sus cuentas de resultado anuales dan beneficios. Las revisiones están a cargo de talleres Midas que le hace descuento porque son socios y el resultado es inmejorable.
Cronos ahora vive en Suiza y es diseñador de relojes de precisión. Siempre está a punto.
Los Titanes se han pasado al mercado de la pintura. Dejaron precioso el Ateneo cuando Palas decidió ser anfitriona y recibir los eventos sociales y culturales de mayor prestigio de la ciudad.
Clío y Calipso se especializaron en perfumes. Son un valor en alza y reclamados en las pasarelas porque siempre vende una buena fragancia.
Orión ha creado una franquicia que extermina bichos delicadamente con sprays.
Atlas ha dejado su pesada carga y ahora es miembro de la National Geographic. Su colaboración es muy apreciada. La distribución de libros y audiovisuales han subido como la espuma.
El monte Olimpo sigue tan escarpado y rocoso como hace centurias. Baco ha abierto el local “Jroña que Jroña” para dar fiestas y reunirlos al menos una vez al año cuando tienen vacaciones, mientras esto ocurre, abre el monte a los turistas que le dejan buenos dividendos los grupos que organizan.
Los dioses siguen siendo dioses y como tal viven.

Besos, gloria